Danzón cubano en El Vedado

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Este post habla de mi viaje a Cuba, el destino inicial en las vacaciones anuales de mi viejo empleo.

Haciendo memoria, creo que siempre me rondó la idea de conocer ese país, de pasear por La Habana, escuchar un son cubano en Santiago de Cuba o pisar la arena de Playa Girón. Era una especie de anhelo romántico que traía desde siempre. Y bueno, apenas tuve la oportunidad tomé 20 días libres para un viaje que me llevaría, además, a la República Dominicana y Colombia.

Había hecho mucha investigación en la Internet, visitado páginas que me iban a resultar útiles para mi estadía en los países a donde quería viajar, visto innumerables vídeos de bloggers de viajes que narraban su paso por los países que yo iba a visitar, enviado mensajes y coordinado con mis futuros anfitriones, etc.

A finales del 2016 había estado tratando de reunir valor por varios días para comprar un pasaje aéreo para este viaje. Iba a ser mi segunda salida del país y el primero que realizaría solo. Los que lo han hecho, saben lo difícil que es decidir la mejor opción, el miedo a meter la pata en el pago del boleto me generaba muchas dudas. Por fin, tuve la buena idea de pedirle a mi amiga Yvette que me ayude a elegir la mejor oferta. Ella ha viajado y vivido por varios países, así que su consejo, seguro, iba a ser de mucha utilidad. En menos de media hora, mientras tomábamos un café, ya tenía comprado mis boletos con destinos a tres países diferentes.

Pero como dije, este primer post es sobre Cuba. Fue un día de verano, muy caluroso, que, con algo de miedo, me embarqué hacia La Habana. En días previos había coordinado con Claribel, mi anfitriona en esa ciudad, el alquiler de una habitación en su casa. La renta de habitaciones para turistas, en lo que se denomina Casas Particulares, es algo relativamente nuevo en la isla, el gobierno le ha dado a las familias la oportunidad de agenciarse de un ingreso extra para cubrir sus necesidades básicas, de allí que puedes ver barrios enteros luciendo casas con en símbolo del alquiler de cuartos permitido en sus puertas. El costo del alquiler puede variar entre 20 a 40 CUC por noche. ¿CUC? Bueno, esto me lleva a explicar un poco del cambio de divisas en Cuba.

CUC, peso cubano, euros, dólares e impuestos

El gobierno cubano ha creado un sistema de cambio para los turistas que llegan a la isla, con una moneda denominada peso convertible cubano, mejor conocida como CUC, que usualmente tiene un valor igual al dólar gringo y ligeramente menor al euro. La conveniencia de llevar euros en tu viaje deriva en que esa moneda no está sujeta al impuesto del 13% que se aplica a los dólares al momento de cambiarlos a CUC, así que, si tienes la oportunidad de llevar euros desde tu país de origen, te recomendaría que lo hagas sin dudarlo. Existen lugares llamados CADECA que están autorizados por el gobierno para realizar el cambio de divisas, con solo presentar tu pasaporte puedes realizar la operación. El sistema de cambio nacional tiene como moneda el peso cubano, que está restringido para uso de los nacionales, y con el que solo puedes comprar cosas muy baratas o pagar los taxis colectivos a una tarifa reducida.

La Plaza de la Revolución

Un sector de la Plaza de la Revolución

Regresando a nuestro tema, una habitación bien amoblada con baño incluido, puede costar entre 20 y 40 CUC. Las familias deducen el impuesto para el gobierno, y a veces la comisión para las agencias de turismo que recomiendan sus casas a los visitantes. Lo que resta les sirve para cubrir los gastos mensuales de la casa.

El departamento de Claribel está ubicado en un barrio de La Habana llamado El Vedado, en una zona residencial que combina casas antiguas y edificios de los años ’50 que están relativamente bien conservados, cerca del malecón y la embajada de los EEUU que fue reabierta hace poco tiempo. Desde allí estás relativamente cerca de la Habana Vieja, el lugar que concentra muchos de los sitios más importantes para visitar en la ciudad.

Recuerdo mi llegada a La Habana, luego de una escala en ciudad de Panamá. Era casi la medianoche, había pasado los controles un tanto estrictos del aeropuerto y salí a esperar al taxista que me había recomendado una guía de turismo que conocí en Couchsurfing. Resulta que el taxista nunca llegó. Los minutos pasaban y mi cerebro comenzaba a imaginarse que pasaría la noche en el aeropuerto sin saber a dónde ir. Felizmente un taxista honesto y colaborador, que me había visto preocupado caminando de un lado a otro, por fin se me acercó a ofrecerme ayuda. Le expliqué mi situación y me ofreció una moneda para llamar a casa de Claribel, felizmente ella me respondió la llamada a pesar de la hora y pudimos coordinar para que me espere en su puerta a mi llegada. Por supuesto me fui con el taxista honesto y colaborador, que me fue explicando un poco de Cuba y su punto de vista de la situación del país -algo que seguramente hace con frecuencia debido a su trabajo- mientras pasábamos por la Plaza de la Revolución y otros lugares que a esas horas se veían en penumbras y vacíos de gente.

Mi primera noche en La Habana iba a terminar sin mayor novedad, felizmente, con mi llegada al departamento de Claribel y su familia. Reconocí mi habitación y me preparé a dormir, pensando en qué haría al día siguiente en mi primer viaje en solitario.

Continuará…

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